Dentro del hogar, la mayoría de los jóvenes usuarios de redes sociales utiliza el ordenador en su propia habitación, exclusiva de él o ella (el 42,5% de los casos) o compartida (10,7%). Sólo uno de cada cinco lo hace en un lugar común como una sala o salón familiar, por tanto ‘a la vista’ de los padres u otros adultos del hogar.
Ante una pregunta más directa, una mayoría de los jóvenes usuarios de las redes sociales (el 52,8%) confirma que su padre/madre nunca o pocas veces supervisa lo que hace en Internet. Una vez más, los padres afirman tener más control sobre las actividades de sus hijos. Así, el 38% de los padres afirma supervisarlas siempre o casi siempre, frente el 18,2% de los hijos.
La situación es la misma en el caso del control de las páginas que se visitan en Internet. Más de la mitad de los jóvenes dice que sus padres no las controlan nunca, mientras que sólo un 39,9% de los padres reconoce tal circunstancia.
Del mismo modo, los jóvenes facilitan más datos personales en estas redes sociales de lo que sus padres creen conocer. Las diferencias principales se producen en relación al nombre del chico/a y en la edad. De mayor a menor frecuencia de datos facilitados por los jóvenes en estas redes se encuentran: su género, nombre, edad/fecha de cumpleaños, ciudad de residencia, dirección de correo electrónico, centro de estudio, gustos y aficiones; un 16,7% ofrece su dirección postal; y algo menos, un 13,1%, su número de teléfono.
Según Francisco J. García Pascual uno de los datos más relevantes del estudio es que “uno de cada cinco progenitores desconoce el número de contactos que su hijo puede tener en las redes sociales en las que participa. Y cuando afirman saberlo, el número medio dado se aleja bastante del real: 36 contactos según los padres frente a los 116 que dicen tener los hijos”.
Además, los jóvenes participantes en redes sociales reconocen tener o cumplir menos normas de uso de Internet que lo que afirman sus progenitores (tiempo que se puede pasar conectado, tipo de información que se puede compartir, páginas o redes sociales a las que se puede acceder).
Por último, este estudio también aporta datos sobre el uso de móviles entre los jóvenes: prácticamente nueve de cada diez tienen teléfono móvil. Entre esta gran mayoría de jóvenes, tres de cada diez envía SMS diariamente y seis de cada diez lo hace al menos dos o tres veces a la semana, hecho que conocen sus padres, aunque estos últimos tienen la percepción de que sus hijos están mucho más “enganchados” a su utilización diaria. Situación que se repite con los mensajes multimedia: los padres perciben que sus hijos los envían con mayor frecuencia de la que realmente presentan.
Fuente: theslogan.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario