No cabe duda de que los niños son los reyes de la casa pero también a los reyes hay que educarlos, con todo lo que ello conlleva. El psiquiatra y psicólogo Fernando Sarrais insiste en la necesidad de enseñar a los niños a ser personas con una voluntad fuerte, " y que asuman su responsabilidad". En esta entrevista nos da algunos consejos para conseguirlo.
Cuál es el principal reto de los padres a la hora de educar a sus hijos?
Enseñarles a ser personas equilibradas, maduras, sanas, independientes, dueñas de sí mismas para que no caigan luego en todas las adicciones que hay en este mundo y en la pérdida de libertad que les impide ser felices. Porque todos los padres quieren que sus hijos sean felices.
Es una tarea ambiciosa. ¿Por dónde se empieza?
Por enseñarles a tener voluntad, que es la capacidad de hacer las cosas que quiero hacer. Si no hay voluntad no hay libertad. Todo sin olvidar que quien algo quiere algo le cuesta. En definitiva, hay que fomentar el esfuerzo.
Parece que está en desuso.
Sí, en la sociedad del bienestar, queremos hacer compatible nadar y guardar la ropa, conseguir cosas valiosas sin esfuerzo. Y eso no es posible. Los padres tienen que aprender a exigir a sus hijos, aunque tengan rabietas. No se puede ser feliz yendo al estanco a comprar la felicidad. Si queremos que nuestro hijo sea feliz, tendrá que costarle. La buena educación ha de costar a las dos partes, a los padres y a los hijos. A veces el problema de los padres es que ellos no quieren sufrir, no quieren líos, son padres amateurs.
¿A qué se refiere?
Hay muchos padres que creen que sólo por el hecho de ser padres ya saben serlo. Y no es así. La tarea de los padres no queda sólo en comprarles ropa, llevarles al médico y darles la paga. Hay que aprender a ser buenos profesionales de ser padres. Tienen que aprender a hacer compatible trabajar fuera y trabajar en casa, educar a los hijos, porque es de niños cuando hay que poner las primeras piedras.
Algunos dirán que no tienen tiempo.
Pues si sólo puedo estar con mis hijos los fines de semana, tiene que ser un tiempo de más calidad y eso significa mayor profesionalidad. Eso se consigue leyendo libros sobre educación y dedicando tiempo para aprender a tratar a los hijos en todas sus etapas. Los padres no están solos pero tienen que sacar tiempo. No se puede tener un buen huerto si no se le dedica tiempo.
¿Puede ser esa falta de tiempo la que lleva a los padres a dar todos los caprichos a los hijos?
Los padres necesitan que sus hijos les quieran y, a veces, quieren más que sus hijos les quieran que lo que ellos quieren para sus hijos, que es que sean felices. Como yo quiero que mis hijos me quieran y no quiero que me hagan sufrir, prefiero cederles en todo. A corto plazo, ellos son felices y yo también. Pero el problema es que los niños al final no van a ser felices porque no les estoy ayudando a ser fuertes.
En la labor educativa, familia y colegio suelen lanzarse la pelota.
Divide y vencerás. Que sepan las dos partes que si están divididos están vencidos. Los hijos siempre retan a los padres entre sí y a los padres y los profesores. Tratan de dividirlos porque así, en medio de la confusión, ellos salen ganando. Los hijos los van a enfrentar y a manipular y, si se ponen de parte del hijo, están aceptando que el hijo divide las dos autoridades, la educativa y la familiar. Han picado y pierden fuerza, pierden autoridad. No hay que educar con el corazón, hay que educar con la cabeza.
Pero es difícil separar los sentimientos.
No se debe tener miedo a hacer sufrir al educar. Unos padres que quieren a sus hijos nunca se pasan, porque el cariño les frena. Hay quien entiende el cariño como no hacer sufrir y no es eso.
¿Los padres tienden más a ser amigos de sus hijos que padres?
Hay que hacer compatibles las dos cosas. Es más difícil hacerlo compatible pero es posible. Hay que tener flexibilidad psicológica para poder hacer varios papeles en la vida, como los actores. Se puede ser amigo de los hijos cuando hay que ser amigo, y se puede ser líder de los hijos y mandarles cuando hay que mandar. Eso se consigue haciendo, entrenando.
¿Hay posibilidades de reeducar a un niño "indomable"?
Siempre es posible porque, si no, estaríamos negando la libertad del ser humano de rectificar y de arreglar lo que está estropeado. Pero eso no significa que sea más fácil que educar bien. Es mejor prevenir pero es siempre posible curar.
EL DECALOGO PARA CONSEGUIR UNA BUENA EDUCACION DE SUS HIJOS
1 El que algo quiere algo le cuesta.
2 El mejor educador es el ejemplo.
3 Enseñar a ser libre pero con responsabilidad.
4 Aprender a poner buena cara al mal tiempo. Lo que vale la pena cuesta y es necesario sufrir para lograrlo.
5 Querer es poder.
6 O vives como piensas o acabas pensando como vives.
7 Educar con la cabeza, no con el corazón. Enseñar es una tarea de la razón, no de la afectividad.
8 La unión hace la fuerza. Es importante llegar a un acuerdo entre los padres y no desautorizarse entre sí.
9 No tirar la toalla cuando parece que no se consiguen los objetivos deseados. No cansarse de dar buen ejemplo y buenos consejos.
10 Los hijos no se trauman tanto por la excesiva exigencia, si se sienten queridos, como por la falta de exigencia.
